Yuliana Ramazzini, 29 de febrero de 2024

Es la dueña de «Pirata, Discoteca Móvil», o mejor dicho, la administradora. El negocio fue idea de su hijo, migrante en Estados Unidos desde hace tres años. Doña Flori —como se hace llamar— lo apoyó para cumplir su mayor deseo: comprar el equipo de sonido. Ahora ella es DJ y acreedora de la deuda que financió el emprendimiento. También trabaja a tiempo completo en diferentes oficios y cultiva verduras para vender y poder comer. El dinero no sobra. Lo que inicia como una historia excepcional, es en realidad la regla misma en la administración de remesas.

En el cantón Xecaracoj se encuentra la vivienda de la familia de Florinda, cuya infraestructura ha sido mejorada gracias a las remesas que enviaba su esposo y ahora su hijo. / Laura Garcia

La bendición

Florinda recuerda a su hijo, Byron Benjamín, quien emprendió un cuarto intento de llegar a Estados Unidos hace más de tres años. / Laura Garcia

Nace Pirata Discoteca Móvil

A diez minutos de su casa cultiva vegetales y hierbas en una parcela alquilada. / Laura Garcia

Florinda Sacalxot Chiche, de 48 años, administra Pirata Discoteca Movil desde su casa en las afueras de Quetzaltenango.

«En los números hallarás… contradicciones»

La arquitectura de remesas, viviendas con estilos y motivos sobrecargados, es un fenómeno derivado del proceso migratorio de las últimas décadas. / Laura Garcia

Mientras la música suena, doña Flori realiza una videollamada con su hijo, quien desde Estados Unidos observa lo que él y su madre han logrado. / Laura Garcia

«La vida es sueño y los sueños, sueños son»