Publicado el 18 de Noviembre de 2020.

El impacto de dos huracanes en tan solo dos semanas está causando gravísimos problemas. Más de seis millones de personas se han visto directamente afectadas

Las ONG en la zona hacen un llamamiento urgente a la ayuda internacional.

Los efectos de los huracanes se suman al gran impacto de la pandemia en la zona y una situación económica -y, en algunos casos, también política- de naufragio constante.

Nuestras organizaciones, presentes en la zona desde hace décadas, están trabajando con la sociedad civil local para responder de manera inmediata a las necesidades más urgentes.

Devastación sobre devastación. Sin que las inundaciones hayan desaparecido, ni se haya rescatado a las personas desaparecidas, Centroamérica sufre el impacto del segundo huracán en dos semanas: Eta primero y ahora Iota. Aún se desconoce el impacto real de la emergencia, aunque se considera que, al menos, seis millones de personas están directamente afectadas. Miles de personas han sido evacuadas en Honduras, Nicaragua, Guatemala o Belice.

Los huracanes llegan en un momento en el que las economías de la región están ahogadas por la crisis provocada por la pandemia. Como ha denunciado el Programa Mundial de Alimentos de la ONU “las continuas inundaciones en países como Guatemala, Honduras y Nicaragua afectarán la cosecha entrante, y esto ejercerá una gran presión sobre los agricultores de subsistencia y, aunque todavía es temprano, está bastante claro que esto extenderá la emergencia incluso hasta mediados de 2021″.

En esta etapa de emergencia es vital el apoyo de los donantes humanitarios para salvar vidas y responder a las necesidades inmediatas de la población. Diversos informes afirman que amplias zonas están incomunicadas y pueblos enteros enterrados. Hacemos un llamamiento a la responsabilidad internacional y al Gobierno español para que colaboren con la respuesta inmediata a esta emergencia de enormes dimensiones. Las medidas que se tomen en los próximos días serán determinantes para salvar vidas; las que se tomen una vez pasado el huracán serán cruciales para prevenir emergencias futuras y asegurar las condiciones de vida digna para millones de personas.

Centroamérica es una zona que históricamente ha sufrido este tipo de fenómenos atmosféricos; sin embargo, el calentamiento global está haciendo que cada vez sean más numerosos y virulentos. Según un estudio publicado esta misma semana en la revista científica Nature, “a medida que el mundo continúe calentándose, el poder destructivo de los huracanes se extenderá progresivamente hacia el interior de zonas terrestres”. Frenar el cambio climático, por tanto, debe ser una prioridad mundial para mitigar este tipo de emergencias.

Nuestras organizaciones que trabajan en la zona, han activado sus equipos para trabajar mano a mano con la población y las autoridades locales para responder a las necesidades más inmediatas de la población.

Visto en: https://coordinadoraongd.org/